Lo crea o no, cocinar arroz no siempre es tan fácil como parece, hay muchas posibilidades de que no salga como esperamos. De hecho, es muy fácil terminar accidentalmente con arroz demasiado blando o demasiado duro, sin embargo, una vez que domine la técnica, nunca más se equivocará.
El primer paso sería enjuagar el arroz para eliminar el exceso de almidón. El proceso es realmente muy rápido, simplemente coloque el arroz en un colador y deje correr un poco de agua fría durante unos 20 segundos o hasta que el agua salga clara.
En cuanto a la proporción de agua y arroz, es mejor ceñirse a 2:1, es decir, 2 tazas de agua por 1 taza de arroz. Si desea agregar un poco más de sabor a su arroz, intente cocinarlo en un líquido diferente, como caldo de verduras o de pollo.
Poner el arroz y el líquido de cocción en una olla y llevar a ebullición. Agregue una pizca de sal o mantequilla para incorporar un poco de sabor extra a su arroz.
Una vez que el agua esté hirviendo, reduzca a fuego lento y cubra con una tapa. Es importante mantener la tapa puesta durante la cocción ya que el vapor es muy importante. Siga las instrucciones en el paquete de arroz y retire la tapa una vez que haya transcurrido el tiempo de cocción. Una cosa a tener en cuenta es que los tiempos de cocción variarán según la variedad de arroz que esté utilizando.
Una vez que su arroz haya terminado de cocinarse, apague el fuego y déjelo reposar durante unos minutos, luego puede usar un tenedor para desprender el arroz y lograr que los granos no se peguen.